julio 18, 2019

¿Cómo lograr una agricultura sostenible a través de los fertilizantes?

Por: Francisca Lapostol, especialista agrónoma de Yara Chile

El sector agrícola enfrenta varios desafíos a nivel mundial que convergen a un objetivo claro: producir más alimentos con menos recursos y con un reducido impacto sobre el medioambiente. La pregunta clave es, ¿cómo aumentar la productividad para satisfacer la creciente demanda de alimentos y, al mismo tiempo, optimizar la eficiencia en el uso de recursos naturales adecuándonos a un escenario climático cambiante? A través de una agricultura sustentable.
Agricultura Sustentable
Agricultura Sustentable

Julio de 2019. Se estima que al 2050 la población mundial bordeará los 9 mil millones de habitantes y habrá que producir 60% más de alimentos para satisfacer la demanda. Para lograrlo, es fundamental un buen manejo de cada cultivo a través de la aplicación de un programa de nutrición balanceado con los nutrientes que las plantas necesitan.

Si las tierras no son fertilizadas, las plantas toman los nutrientes que requieren para desarrollarse de la disponibilidad que les ofrece el suelo. A medida que aumenta la explotación agrícola, el suelo sin fertilizar se vuelve poco productivo e insostenible en el tiempo.

Chile es uno de los países de la región con mayor productividad agrícola y un actor muy importante en los mercados agroalimentarios a nivel global. Tiene características geográficas que lo destacan como productor de alimentos tales como frutas, hortalizas y cereales, además de praderas para la nutrición animal. También cuenta con climas muy variados favoreciendo la producción, una gran extensión cultivable y barreras naturales que le permiten estar aislado y así estar prácticamente libre de plagas. Sin embargo, la aplicación de fertilizantes sigue estando basada en el uso de macro nutrientes con un impacto ambiental considerable, dado que más de la mitad de los fertilizantes que se comercializan en el territorio nacional corresponde a urea o mezclas físicas basadas principalmente en nitrógenos, fósforo Y potasio.

La urea acidifica el suelo y es poco eficiente y contaminante. Hasta el 50% del nitrógeno aplicado se volatiliza con lo cual se impacta considerablemente al medio ambiente.

Las mezclas físicas de N, P y K también tienen contras. Además de segregar y no brindar una nutrición homogénea y balanceada, tienen variadas concentraciones por efecto de las distintas densidades al estar compuestas de diferentes materias primas. Esto trae por consecuencia una menor efectividad.

Las plantas requieren de 16 nutrientes para que puedan alcanzar un mayor desarrollo. De modo que, el nitrógeno (urea) o el N, P y K (de las mezclas físicas) no son suficientes. Hace falta dotar de estos a la planta, a través de una fertilización edáfica o foliar, de azufre, magnesio, calcio, boro, zinc, etc.,

La principal forma de poder mitigar el impacto hacia el medio ambiente y contribuir a incrementar la calidad y sanidad de los cultivos y un campo homogéneo es a través de una nutrición equilibrada y un manejo integrado. El mercado ya ofrece soluciones eficientes y fertilizantes que contienen una formulación balanceada de nutrientes en una misma perla (prill). Yara, por ejemplo, cuenta con la línea de productos YaraMila (complejo químico monograno), tecnología superior en nutrición vegetal, los cuales tienen todos los nutrientes incluidos en cada gránulo y una excelente calidad física que garantiza efectividad y durabilidad.

La agricultura en Chile tiene un importante reto por delante: reemplazar poco a poco la fertilización tradicional por otros especializados para incrementar la productividad en los campos y disminuir el impacto ambiental.